Es la primera vez que tengo que cuestionarme algo de ese estilo, mezclar la amistad con la ideología política.
Después de la segunda vuelta electoral, en la que quedaron limitadas las opciones a dos candidatos totalmente opuestos las tendencias comenzaron a marcarse como nunca antes, por un lado un candidato de extrema derecha y por el otro un candidato que muchos consideran de extrema izquierda. Algo peculiar sucedió en el ambiente de trabajo, de pronto todos eramos analistas políticos y cada vez que había algo de tiempo libre comentábamos respecto a las futuras elecciones.
Creo que con la bandita que aparece en la parte superior de la página queda clara mi postura, apoyo a Rafael Correa (el candidato de izquierda) ¿Porqué? Por varias razones, primero que nada porque a pesar de que no puedo decir que soy un hombre de izquierda al 100% (hay algunas cosas de las que cuesta despegarse) sí creo firmemente en el tinte social que se le debe dar a todo gobierno, he escuchado desde hace mucho tiempo a personas quejándose de que nuestro país (Ecuador) es pobre. Realmente no somos un país pobre, somos un país con una pésima distribución de la riqueza y en general un país mal manejado.
Otra de las razones por las que lo apoyo y fue la que me dio el primer empujón para escuchar sus propuestas, lo conocí cuando yo apenas tenía 11 o 12 años. Rafael fue el fundador del grupo de boy scouts al que pertenecí y desde aquella época hasta hoy sigue siendo la misma persona que yo recuerdo, alguien muy honesto, firme y con objetivos claros. Muchos se quejan de que presenta una imagen arrogante y que se cree el dueño del mundo, algo muy alejado de la verdad, simplemente lo ha empleado como defensa para no dejarse pisotear por quienes lo han tratado de echar a menos... Además, por favor, si eso es ser arrogante, entonces ¿Qué es decir que eres el "Enviado de Dios" teniendo una biblia en la mano? ¿Una broma?
Regresando al tema del post, qué tiene que ver mi decisión con la amistad, simple, de la oficina (somos 8 personas) sólo 2 personas lo apoyamos y cosa extraña, somos los que salimos de las clases sociales más bajas.
Nunca me ha dado vergüenza decirlo y menos aún ahora, yo nací y mi niñez transcurrió en el suburbio de Guayaquil, allí donde no había parques y si alguien veía un coche que no fuera un taxi era toda una novedad. Luego pasó el tiempo y las cosas fueron mejorando para mis padres, a punta de esfuerzo logramos cambiarnos de barrio, las oportunidades fueron mejorando hasta llegar a donde estamos actualmente, tampoco es una posición privilegiada, pero mucho mejor que la que muchos del mismo barrio pudieron aspirar. Eso no me ha hecho mejor ni tampoco me ha hecho olvidar que aún hay muchísimas cosas que mejorar (de hecho algunos de mis familiares aún viven allí).
Parte de esas oportunidades que se me presentaron en el camino fue la de estudiar en una buena universidad (USM), al principio me costó mucho adaptarme porque justamente encontraba un ambiente en el cual primaban los autos lujosos, la ropa de marca y como decían en antaño, los "niños bien". Cuando comencé a avanzar en mis estudios me di cuenta que la diferencia social (principalmente porque nunca me dejé de sentir parte del pueblo) igual las nuevas personas que conocí llegaron a ser muy buenos amigos y personas de mucha valía.
¿Qué tiene que ver todo esto con las elecciones? Una de las principales propuestas de Rafael Correa es la de realizar cambios drásticos en el manejo político del país, lo cual podría representar inestabilidad para las clases sociales más altas y medio altas (eso incluye a mis amigos). Por ello entiendo que prefieran no correr riesgos y elegir al otro candidato. A varias personas he escuchado decir, yo no voto por él porque va a fregar a los que tenemos dinero. En mi caso, si llego a perder parte de lo que tengo ahora, no puedo negarlo, no sería agradable, pero prefiero eso si es que es necesario para lograr cambios en el mundo, mucha más felicidad me causa ver a un niño que deja las calles para ir a la escuela que poder comprar alguna nueva cosa para mi).
Si hubiera escuchado esa frase apenas conocí a esa persona lo más probable es que hubiera querido decirle algunas verdades (no somos únicamente individuos, existe toda una realidad y un entorno social que sí necesita esos cambios) y ni siquiera intentar cruzar palabra nuevamente con esas personas. ¿Pero ahora? Ya hemos vivido muchas cosas juntos, son mis amigos, los estimo y aprecio por todo lo que hemos soportado.
¿Qué hacer en estos casos? Puede la ideología borrar el camino marcado durante varios años.
Quiero creer que no es así, sigo pensando que son personas muy valiosas y que por ello debemos seguir adelante. Mi decisión, ser fiel a mi ideología, a mis creencias y a mis esperanzas. ¿Con respecto a los amigos? Seguirán siendo mis amigos, no es cuestión de una guerra civil, yo expresaré siempre lo que creo y las razones por las cuales hago las cosas, igual ellos. Lo demás se olvidará quizá con unas palabras de por medio y uno que otro trago.
¿Quién dijo que el mundo es perfecto? Los imperfectos somos nosotros que no sabemos manejarlo.