Una costumbre de la que no estoy muy seguro cuan generalizada está, es la de dejar una luz encendida hasta que el último en llegar a la casa la apague. Normalmente representa la simple idea de que mientras está encendida alguien nos está esperando al llegar.
Mientras el ritmo de vida se acelera y las cosas se complican, poco a poco vamos perdiendo ciertas costumbres, para mí se había vuelto tan común que el momento en el que no la encontraba encendida tenía una extraña sensación, algo así como "se olvidaron de mi", no saben que aún no he llegado.
La verdad es que ya poco sentido tiene, pues cuando llega el último el resto de nosotros estamos ya tan cansados que con suerte si hablamos o en la medida de lo posible nos "ponemos al día" en la vida del uno y el otro.
Asumo que este tipo de cosas son las que inspiraron frases como esta en una canción:
Al regreso me encendías una luz Sonriendo desde lejos me esperabas En la mesa la comida aún caliente en el mantel y tu abrazo en mi alegria de volver
Esa frase pertenece a una canción bastante popular en las liturgias católicas y a veces durante el día de las madres, pero fuera de la connotación religiosa me gusta mucho la letra.
Aunque el mundo cambie y se vuelva un caos, espero siempre poder tener una luz encendida para esperar a aquellos y auqellas a quien quiero para que no se pierdan y puedan llegar a casa.