Hace un buen tiempo me enteré de la existencia de un grupo de "jóvenes escritores" que querían promover el desarrollo de nuevos poetas, escritores y filósofos de bolsillo y que la gente se anime a escribir más, al principio pensé en lo bueno que esto sería, siendo un aficionado (novato, pero aficionado al fin) a las letras me encantó la idea de encontrar más gente con el mismo pensamiento y que pudiera generar crítica... Vaya si estaba equivocado...
La idea de buscar a más gente con gustos similares era buena, hasta que me di cuenta de que era simplemente un intento muy flojo, en el cual tan sólo se aplaudía a todo quien pudiera escribir dos frases rimbombantes y que tuvieran algo de estructura. No lo niego, había un par de elementos rescatables y que podrían haber sido bien encaminados, pero al final estaban cegados porque era como si pensaran en que no había nada más, que había que atesorar a los que se animaban a siquiera intentar hacer algo que pareciera un escrito.
Participé en algunas de esas reuniones de "embriones literarios" con cierto interés al principio, luego con aburrimiento vi como seguía decayendo hasta que decidí no volver más. Ni una sola crítica, todo era aplausos y felicitaciones, aunque el trabajo por momentos fuera muy malo, ni siquiera una recomendación, cómo esperaban cultivar si simplemente lanzaban semillas al vacío.
Pensando en el porqué, divagué un poco y llegué a la conclusión de que existían dos elementos fuertes, uno era el atesoramiento de lo que creo que llegaron a considerar su "sociedad" y dos, en la tierra de los ciegos, el tuerto es rey.
Es como si lo único que logro ver en mi vida es a la banda de rock de la esquina en un bar y creo que es lo mejor que hay, hasta que voy a un concierto de Santana (je je.. yo si fui) y lo escuchas en vivo, después de eso nada puede ser igual otra vez, entrar a un pub de jazz en New Orleans y luego escuchar a los Bolaños (con el respeto que se merecen :P) o pensar que la parrillada del ñato es lo mejor que hay hasta comer carne en "Siga la Vaca" en Argentina. No quiere decir que por ello deba creer que lo foráneo es mejor o que la bandita de bar es mala, simplemente que la escala de medición de "calidad" y lo críticos que podamos ser cambia.
Hay quienes ponen un pie fuera de su país y lo único que ven es la fiesta, otros que ven con envidia y están los pocos que ven la realidad de su propio país y piensan en la forma de enriquecerlo o aportal algo más, de regresar lo que aprendieron, vivieron y pueden transmitir.
Yo soy un defensor férreo de lo que podemos lograr dentro del país con nuestros recursos y nuestra gente, pero si no aprendemos a criticarnos a nosotros mismos, seguiremos siendo el grupito de barrio sin mayores proyecciones o satisfacciones, sin obligar a que el nivel suba.
Algo que siempre he comentado: si quieres ser barrendero, pintor, arquitecto, pulguero, o científico, lo que sea... Puedes serlo, siempre tendrás apoyo, pero deben apuntar o pensar en ser siempre los mejores, el mejor barrendero, el mejor pulguero, el mejor científico, así sepamos que hay miles más que quieran hacer lo mismo, si entramos en el juego de la mediocridad y el conformismo, nos quedamos sin nada, sin el sueño y sin al menos la satisfacción... No todos podremos ser los mejores para los ojos del mundo, pero como mínimo debemos ser los mejores para nosotros mismos y los que queremos.
Al final, nada de esto puede ser impuesto, somos nosotros los que escogemos qué queremos ser y cómo lo queremos.