Poniéndome al día nuevamente en películas, terminé viendo 2 películas un tanto viejas, del 2006 y 2007 respectivamente, Babel y XXY. Aunque de temáticas muy diferentes ambas resaltaban problemas del mundo.
Por un lado en Babel muestran los diferentes conflictos que se pueden formar alrededor de un grupo de personas de distintas partes del mundo que sin saberlo están conectados y cada uno tiene un "idioma" diferente, desde los idiomas reconocibles fácilmente como el español, inglés, japonés y árabe, está el otro lenguaje que es el de las señas (para sordomudos). Esto nos recuerda la fragilidad de las relaciones interpersonales, si nosotros creemos que es difícil relacionarnos con nuestros vecinos o las personas cercanas, imaginen ahora con culturas y lenguajes totalmente diferentes y la resistencia a aceptar la realidad de las otras personas, siempre vamos a tratar de "medirlos" o adaptarlos en base a lo que nosotros consideramos como normal o como lo que nosotros consideramos que debe ser.
Es como si cada uno de nosotros quisiera amoldar la realidad o a las personas a lo que creemos que es la verdad, una verdad que sólo depende o es aceptable para mi, si tengo la suficiente influencia podré lograrlo, a pesar de que esa persona o grupo social no esté de acuerdo, convirtiéndome en un dictador.
Por el otro lado, la película XXY habla sobre el caso de un chico (aunque a veces referencian al personaje como chica) que sufre del síndrome de Klinefelter, el cual se da por la existencia de 3 cromosomas en lugar de 2 en las cadenas genéticas creando así un hombre (por definición con el simple hecho de que exista un cromosoma Y automáticamente es un hombre) que tiene características femeninas y puede ser inclusive infertil. En el caso de la película es una doble problemática, el de la indecisión del personaje por no saber qué es exactamente, si un hombre o una mujer y adicionalmente entrar en plena pubertad (que normalmente ya es un lío).
En este caso la sociedad no sólo lo rechaza, sino que lo condena y obliga a vivir prácticamente aislado del mundo, esperando que no lo traten como fenómeno de circo. Lo soprendente es que mientras investigaba un poco sobre el síndrome me enteré de que es más común de lo que pensaba, 1 de cada 500 recién nacidos pueden sufrir del síndrome, aunque de acuerdo a las estadísticas también la mitad de ellos son abortados de manera prematura. Quien sabe cuantos "Alex" están por ahí viviendo con millares de represiones y problemas y con más fuerza aún, qué dirían por ejemplo algunas "autoridades" religiosas que tanto hablan de la homosexualidad como un pecado y estos casos qué son? castigo divino?
En fin, aunque sean películas darse un golpe de vez en cuando con realidades que muchas veces olvidamos resulta interesante para recordar nuestra "humanidad".