Más de una vez hemos escuchado la frase en cualquier lugar del planeta de que los verdaderos amigos son los del colegio, que en la universidad no se va a hacer amigos, simplemente habrá algunos por conveniencia... Y muchos lo han asimilado como una ley, pero qué es lo que hay detrás de todo esto, un análisis simple lo puede clarificar...
¿Qué diferencia a un amigo que conocí en la universidad de uno del colegio? La convivencia, el tiempo y las experiencias que se comparten durante ese período de tiempo conocido como "escuela" o "colegio". ¿Es que hay mejor aprendizaje en alguno de estos lugares en comparación con la universidad? Realmente no, la única diferencia real son las vivencias y lo que se logra compartir. Mientras pasamos 5 a 8 años (en el caso de los médicos) con compañeros de universidad, por más de que pueda sonar a un período largo de tiempo, no se puede comparar con la vivencia de nuestros amigos de escuela o de colegio.
Una frase muy común y que se escucha a menudo es que los amigos del colegio son los verdaderos y que en la universidad rara vez se logra hacer amigos en los que se pueda confiar de verdad. ¿Tiene sentido esta frase? Sí y la explicación es simple...
Mientras en el colegio compartimos casi todo el tiempo con nuestros compañeros en la universidad cada uno puede irse si quiere luego de una clase y no verse hasta la siguiente, o puede decidir simplemente no ir a alguna en específico. Es decir, no estamos obligados a compartir si es que no queremos, mientras que en el colegio no podemos evitarlo, tenemos que acostumbrarnos a compartir el mismo espacio. Esto no quiere decir que son amigos forzados, simplemente que estamos obligados a ver más allá.
¿A qué nos lleva esto? A generar convivencia, de hecho en mi colegio inclusive nos enviaban de convivencia todos los años a la playa, justamente para pasar unos días con nuestros compañeros de clase, en un lugar diferente, con actividades distintas y obligándonos a hacer un análisis que debería terminar con una introspección. Obviamente no ayuda el ser apenas unos niñatos que están en plena pubertad, pero con el paso del tiempo comenzamos a valorar esas experiencias.
¿Lo más importante de todo esto? Que aprendimos a aceptarnos con lo bueno y lo malo de cada uno. Hay gente que pasa 2, 3, 4, n años compartiendo con alguien un tiempo y espacio pero no acepta las características de esa persona, el momento que la aceptas hay comprensión verdadera de quien es esa persona... En nuestro caso llegamos a saber quién es el peleón, quien es sobrado, quién es el que siempre llega tarde, el tacaño, el enojón, el imprudente, el comelón, etc, etc... Si alguien de fuera nos ve probablemente no le caiga bien o no acepte a alguno de nosotros, pero la diferencia es que aprendimos a ver lo que está por detrás de cada una de esas marcas...
El peleón nunca traicionaría a uno de sus amigos, el tacaño que cuando ve que hay un problema no le importa gastar lo que sea por sus amigos y las personas que le importan, el imprudente que se puede pasar horas hablando de cualquier cosa, pero si sus amigos aparecen cambia todo por compartir con ellos...
En lo personal tengo amigos con los que realmente por nuestras personalidades y puntos de vista nos debimos haber matado mutuamente hace mucho o mandarnos a freír espárragos por las diferencias en cuanto a la forma de ver el mundo, sin embargo somos amigos de mucho tiempo y nos alegramos con cada vez que volvemos a compartir, lloramos con nuestras tristezas y atesoramos cada momento... ¿Porqué? Porque aprendimos a aceptarnos tal y como somos, con virtudes y defectos, el combo completo.
En fin, por unos diez años más o 20 en el caso de algunos... ja ja.. :)