El día de ayer (26 de abril de 2009) tuvimos elecciones en Ecuador y me tocó el deber cívico de estar en una de las JRV (Juntas Receptoras del Voto), razón por la cual entré a las 7 de la mañana al Colegio 28 de mayo y salí a las 10 de la noche :S
En fin, no es que me pueda quejar, fue cansado, pero igual es bueno ver cómo funciona el proceso de votaciones del otro lado, nunca había estado en mesa. ¿Que si lo repetiría? Pues si me lo piden sí, claro que preferiría que no me lo pidan.. ja ja ja...
Como siempre mi tendencia a analizar todo lo que está a mi alrededor me puso a ver a las personas que entraban y salían, sus reacciones, quienes ingresaban, etc... Lo impresionante es cuanta gente conocida pude ver y eso que se supone que el recinto donde estaba era pequeño, apenas 4,000 personas registradas. Pude ver desde algunos de mis alumnos, amigos de la familia, conocidos y hasta alguna que otra persona que me resulta desagradable. Definitivamente somos un pueblo muy chico que cree ser grande.
Esto me llevó a pensar un poco en las tendencias, se supone que la zona en la que yo estoy registrado (Miraflores - Urdesa) es de un nivel socio-económico medio a medio alto y esto representa a la buena parte quienes están en contra del gobierno actual, por lo cual yo pensé que la tendencia al hacer la contabilización de votos sería una ventaja muy grande de los otros partidos, pues el partido de gobierno tiene mucha más fuerza en los sectores más pobres...
Sorprendentemente no fue así, aunque igual ganó Lucio Gutierrez en porcentajes (50% vs 42% de Correa) me dejó pensando, escucho en mi entorno a mucha gente en su contra, pero no veo el resultado correspondiente, será acaso que muchos prefieren guardarse sus verdaderas opiniones y sólo dicen las cosas para aparentar o simplemente no pelearse.
En mi caso yo sé que religión y política son temas vetados con algunos amigos, son pocos con los que teniendo opiniones muy diferentes son suficientemente inteligentes y respetuosos para poder debatir nuestras ideas sin llegar al punto de herirnos o de molestarnos por el criterio del otro... Y lo más importante, con argumentos válidos, no con sandeces que escucharon por ahí, sino con hechos y con demostraciones.