No es secreto para nadie que del año pasado al actual pasaron muchísimas cosas en mi vida, algunas no las he publicado de manera explícita porque creo que pertenecen netamente al plano personal y allí deben quedarse...
Sin embargo hay otras que sí las he comentado, pero el resumen es lo importante, pasé de tener una vida con muchas cosas que hacer y muchas preocupaciones a simplemente tener una vida normal y tranquila... Y aunque no puedo negar que le he sacado provecho a esa vida tranquila, involuntariamente o más bien sin pensarlo mucho comencé a llenar los espacios con otras actividades...
Mientras antes me pasaba muchas horas dedicado a mi empresa, fuera de los horarios normales... Ahora mantengo un horario de oficina regular, con lo cual tuve la oportunidad de leer más, aprender a tocar el saxo, escribir, ir al cine, conocer gente nueva, volver al gimnasio, seguir aprendiendo sobre fotografía, estudiar un diplomado, seguir estudiando idiomas, dar clases en otra universidad, viajar, bicicletear, compartir con mi familia, arreglar mi depa, volver a investigar, hasta estoy dirigiendo 3 tesis en la universidad, en fin... la lista podría continuar...
Sin embargo, algo que me sorprendió, pero a la vez tuvo mucho sentido es que sin darme cuenta otra vez estoy sobrecargado, una vez más tengo que ajustar con mucho cuidado dónde y cuando organizo las actividades, aunque creo que con el tiempo y además sin contar con el estress y la preocupación constante que era tener mi propia empresa, he aprendido a equilibrar un poco mejor las cosas, tratando de darle un poco de tiempo a todo...
He vuelto a ver a viej@s amig@s que tenía descuidados, y me he encariñado con algun@s nuev@s que he conocido... En fin, a pesar de estar al límite no me puedo quejar, a veces con cansancio llego a la última actividad del día, pero con una sonrisa que hace que todo valga la pena... Seize the Day... Carpe Diem...
