Casi siempre para estas épocas del año escucho a más de uno decir que van a bajar de peso, que van a cambiar de trabajo, montar un negocio, conseguir novio/a nueva, arriesgarse, etc.. En fin, hablan de sus planes, lo que va a cambiar, lo que va a mejorar, lo que no piensa volver a repetir o inclusive quienes se quejan de las cosas que les sucedieron o les pasaron a otros y a ellos no y que seguro piensan lograr para el próximo año.
Sin embargo, es común también darse cuenta luego de unos meses o a veces semanas que todo sigue igual, que nada ha cambiado y que probablemente el próximo año estén repitiendo la misma receta, hasta que sea muy tarde.
El principal problema es nuestra "zona de confort", no nos gustan los cambios, nos sentimos cómodos tal y como estamos, por más de que nos quejemos, siempre es más fácil "no hacer nada".
Un ejemplo de los sencillos y repetidos, quienes dicen "voy a bajar de peso", comienzan una dieta, se meten a un gimnasio y a las 2 semanas están comiendo el doble que antes y no volvieron a poner un pie en el gimnasio. O bajo la idea de cambiar de trabajo, quejándose de lo mal que están de lo incómodo que es, mil y un quejas aparecerán, pero ni pensar en dejar el empleo así porque sí, porque "la cosa está difícil".
Las frases más comunes para esto suelen ser: es que no puedo, es muy difícil, la próxima semana comienzo de nuevo, estoy esperando a que me salga X cosa, sólo me falta X para poder avanzar. Y si ninguna de esas cosas se da? Volvemos al punto de partida y nos quedamos sin nada. El no puedo y el es muy difícil está únicamente en nuestra cabeza, somos nosotros los que nos condicionamos.
No digo que todas las personas salgan a hacer lo que les dé la gana de pura impulsividad, sino establecer un plan, definir cómo voy a alcanzar mis metas, una vez que lo he hecho apegarme a ese plan, comprometerme y esforzarme para lograrlo... Lo más seguro es que funcione y en el peor de los casos, habré aprendido en base a las fallas de mi plan y podré mejorar para volver a intentarlo.
Para poder partir debemos dar el primer paso, encontrar cuál es mi problema inicial, haciéndonos algunas preguntas:
- ¿Qué es lo que quiero conseguir?
- ¿Qué me falta para lograrlo?
- ¿Cómo voy a conseguir eso que me falta?
- ¿Qué dificultades tengo y cómo voy a cubrirlas?
- ¿Lo puedo hacer en el tiempo que me queda? / ¿Lo voy a poder hacer el próximo año?
- ¿En cuanto tiempo?
- ¿Tengo personas que me puedan ayudar?
Por ejemplo en el caso del trabajo (exagerando un poco):
- Lo que quiero conseguir: Tener un puesto de "gerente".
- ¿Qué me falta?: No tengo la formación académica o la experiencia para optar por un puesto como ese.
- ¿Cómo voy a conseguirlo?: Tomaré un curso/maestría, etc.
- ¿Qué dificultades tengo?: No tengo dinero para una maestría, entonces busco financiamiento o replanteo el objetivo y lo convierto en "Voy a conseguir el financiamiento para mi educación".
- Con lo cual la última parte se convierte en: No lo voy a lograr el próximo año, pero voy a trabajar para que suceda.
En el caso de perder peso:
- Lo que quiero conseguir: Reducir 4 tallas o bajar 40 lbs.
- ¿Qué me falta?: No sé por dónde comenzar, necesito informarme sobre cómo lograrlo.
- ¿Cómo voy a conseguirlo?: Buscaré un nutricionista, un entrenador, etc.
- ¿Qué dificultades tengo?: Soy perezoso, me encanta comer y no me gusta ejercitarme.
- Lo puedo hacer en el tiempo que me queda: Dependiendo del objetivo y mi constancia lo podré lograr en X tiempo.
- ¿Tengo alguien que me pueda ayudar?: Tengo amigos que les gusta el deporte, grupos de personas que disfrutan participando en actividades al aire libre que me pueden motivar, etc.
El tip más importante... Nada funcionará sin compromiso...
¿Será difícil? Sin duda alguna, pero estará marcado un camino y al alcanzar el objetivo la recompensa será mucho más gratificante, no sólo por haberlo hecho, sino porque fue el resultado de nuestro esfuerzo.